miércoles, 7 de marzo de 2018

LA PERSPECTIVA RELACIONAL DEL CONSUMO





Para analizar y entender el consumo problemático de sustancias hay que tener en cuenta las múltiples formas que pueden asumir los distintos elementos que forman parte de ese consumo: las diferentes representaciones sociales que se ponen en juego, las prácticas individuales y colectivas, los sujetos, las sustancias, los contextos socio económicos, políticos, culturales e ideológicos, en los que dicho uso se lleva a cabo.

Por ello hay que tener presente una perspectiva relacional del consumo, es decir, “la droga” no existe como algo independiente de las variadas y diferenciadas formas de su uso, las cuales no siempre responden al estereotipo que circula tanto en los discursos formales como en los del sentido común. Por lo tanto lo determinante no es el producto, sino la relación con el producto y el modo de vida en que se inscribe. Así, existen varios modos de consumo, que comprenden las frecuencias y cantidades, pero también el tipo de compromiso en el uso de la droga definido por un sistema de relaciones, con sus rituales organizados alrededor de la toma del producto. Si algunas personas consumen drogas al punto de que no pueden manejar sus vidas, hay que interrogarse no sobre las sustancias, sino sobre las motivaciones que tienen esas personas para consumirlas de ese modo. Así, en el análisis del problema hay que contemplar los motivos de consumo de drogas que pueden conducir a las personas a tal conducta y los factores ambientales que pueden constituir una parte importante de estos motivos.


Nuestros adolescentes y jóvenes han sido socializados en el consumo como modo de satisfacción de sus deseos y necesidades. El consumismo se refiere tanto a la acumulación o compra de bienes o servicios considerados no esenciales, como al sistema político y económico que promueve la adquisición de riqueza como signo de status y prestigio, riqueza que es asimilada con la satisfacción personal. La sociedad consumista educa  a los consumidores para que estén dispuestos a ser seducidos constantemente por las ofertas del mercado, a la vez que crean que son ellos quienes mandan, juzgan, critican y eligen. Los bienes y servicios de consumo son presentados a través de publicidades y propagandas como objetos capaces de satisfacer todas las aspiraciones de felicidad que puede tener una persona. En este sentido es importante indagar en los diferentes consumos que realizan especialmente los jóvenes, teniendo en cuenta que la búsqueda y la construcción de la identidad juvenil está íntimamente relacionada con el ámbito recreativo y con el consumo de diferentes aspectos como por ejemplo el baile, la música, la indumentaria, los escenarios sofisticados, así como también las drogas. 


Dado que en la sociedad occidental actual se parte de la idea de que el uso/consumo de drogas es un “problema”, la respuesta más frecuente frente a él vino (viene) durante largas décadas de la mano del disciplinamiento social, lo que se tradujo en la estigmatización y la discriminación de las personas que llevan a cabo dichas prácticas. 

En la base de ambos conceptos está el de estereotipos sociales, que alude a creencias referidas a grupos, que son compartidas por los miembros de una cultura, por las que se adjudica un conjunto de atributos a un determinado grupo social. Cuando los estereotipos están ligados a evaluaciones negativas hacia determinados grupos sociales estamos en presencia de un prejuicio.

La estigmatización mencionada más arriba es el proceso por el que los atributos negativos adjudicados a una persona o un grupo quedan fijados a su identidad como estables e inmutables, padeciéndolos los imputados como una carga difícil de sobrellevar. Cuando la estigmatización y el prejuicio implican la adopción de conductas de rechazo hacia grupos sociales específicos, en diferentes matices y dimensiones, hablamos de discriminación


Estereotipos en relación al consumo de drogas


Todos estos conceptos son necesarios al analizar la reacción social frente al consumo de drogas. Una serie de “lugares comunes” en los discursos sobre las drogas muestran los estereotipos ligados al consumo. Analizaremos a continuación algunos de dichos estereotipos: 

  • Cuando se habla de “la droga” como causa de muchos de los males sociales se está concibiendo a una sustancia, es decir, a una “cosa” como protagonista de un proceso, sin advertir que el consumo de drogas es una consecuencia de una serie de influencias que llevan a que las personas incurran en esa práctica. Por otra parte, hablar de la droga en singular lleva a no tener en cuenta las diferencias entre los tipos de sustancias y sus efectos, así como a ocultar la importancia del consumo de las drogas cuyo uso está legalizado, especialmente el alcohol. 

  • Cuando se habla del “flagelo” de la droga se establece una relación entre por un lado el castigo divino, la droga como castigo por una sociedad pecadora, y por otro se habilita una respuesta igualmente agresiva: al flagelo hay que “combatirlo” con medidas drásticas que depuren a la sociedad de este “mal”.  
  • Cuando se asocia el consumo de drogas a los jóvenes se limita el análisis del tema a la adopción de conductas por parte de un determinado grupo etario, ocultándose las raíces sociales que están influyendo para que ese grupo adopte tales conductas. Se niega así la responsabilidad de los adultos en la construcción del mundo que se les ofrece a los jóvenes, parte de los cuales pueden no encontrar cabida en él y, asimismo, se ocultan los consumos de drogas que llevan a cabo los adultos.

  • Cuando se habla de la “escalada del consumo de drogas” se introduce un esquema determinista y unicausal en el que nuevamente “la droga” es el agente activo: el sujeto nada puede hacer frente al poder de la sustancia, que lo conduce a consumos cada vez más perjudiciales para sí mismo y para los demás. Por otra parte, si, como se dice, se empieza por alcohol, se sigue con marihuana y se termina en las drogas llamadas “duras”, como cocaína, etc., ¿cómo se explica que exista un gran número de personas que toman alcohol, en mayores o menores cantidades, y no “pasan” a otras drogas? Lo mismo se podría aducir con respecto a la marihuana o al éxtasis.

  • Cuando se habla del vínculo causal entre consumo de drogas y criminalidad como si las drogas llevaran a cometer actos delictivos se establece una relación espúrea, dado que las dos variables están a su vez, en muchos casos, asociadas con marginalidad. No hay nada que pruebe que un acto criminal no hubiera tenido lugar si el individuo no hubiera estado bajo el efecto de una droga. Por otra parte, si las drogas fueran “criminógenas”, ¿cómo explicar que la mayoría de los usuarios de drogas tanto ilícitas como lícitas no cometen crímenes o actos violentos?


Estos y otros estereotipos vinculados al consumo de drogas pueden dar lugar a la discriminación de los usuarios, es decir, a su descalificación como sujetos de derechos. Una forma de la discriminación es la estigmatización, que implica las siguientes operaciones: 

  • generalización, por ejemplo: todos los drogadictos son delincuentes,

  • descalificación, por ejemplo: los consumidores de drogas son vagos e inútiles,

  • segregación, por ejemplo: es mejor que los usuarios sean recluidos en comunidades aisladas,

  • quitar derechos, por ejemplo: no vale la pena intentar recuperar a los adictos porque recaen en el hábito o porque no tienen "cura",

  • impedir el ejercicio de los derechos, por ejemplo: los adictos no pueden tratarse en los servicios de salud comunes, 

  • negar la capacidad de elección de los usuarios, por ejemplo: los adictos no pueden elegir el tratamiento que consideren más apropiado a su estilo de vida porque han perdido la capacidad de discernir entre lo que está bien y lo que está mal.


Hay que tener en cuenta también que la problemática de género atraviesa el consumo de drogas, como lo hace con casi todas las esferas de la vida social. Inicialmente este tipo de consumo era protagonizado fundamentalmente por los varones, tanto en relación con el consumo de alcohol y tabaco como con el de drogas ilícitas. Poco a poco se ha registrado un gradual crecimiento del porcentaje de mujeres en estas prácticas. 





VIDEO:

Te proponemos mirar el siguiente video para reflexionar




Refexionamos:


*¿que relaciones podemos pensar a partir del problema del consumo entre la adicción a la comida y la adicción a las drogas ilegales?
*¿con que aspectos y valores se presentan vinculadas en el video las publicidades sobre alcohol y tabaco?
*¿que consumos se conciben como problemáticos sin llegar a ser una adicción?




PARA RE PENSAR TE RECOMENDAMOS:















LA MEJOR ESTRATEGIA PREVENTIVA ES HABLAR ACERCA DE LOS CONSUMOS PROBLEMÁTICOS.



¡HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA PARA EMPEZAR!


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