martes, 27 de febrero de 2018

FACTORES DE RIESGO EN CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS

CONCLUSIONES - OBSERVATORIO ARGENTINO DE DROGAS - FEBRERO 2018








  • La percepción de riesgo aumenta cuando se indaga sobre consumo frecuente para una misma sustancia y, por lo tanto, es más baja la percepción de gran riesgo frente al consumo experimental (de una o dos veces).  
  • La percepción de gran riesgo frente al consumo experimental y de alguna vez de marihuana es la más baja, del 39,5% y 41% respectivamente. Resulta ser la droga que mayor tolerancia presenta en su uso ocasional: entre el 22%  y 23% de la población no considera riesgoso su consumo de una o dos veces o alguna vez. 
  • Lo mismo se observa en la percepción de riesgo sobre el consumo experimental y ocasional de cocaína y éxtasis.
  • Entre los jóvenes de 18 a 24 años se observa la menor percepción de gran riesgo acerca del consumo experimental u ocasional de esteroides anabolizantes, psicofármacos s/pm, marihuana, cocaína; también fumar tabaco o marihuana y tomar bebidas alcohólicas de manera frecuente. 
  • Cualquiera sea la frecuencia de consumo por la cual se pregunte  (experimental, ocasional o frecuente), el grupo de personas que considera que ese consumo no trae aparejado ningún riesgo, presenta una prevalencia de marihuana muy superior comparada con la población que considera que el consumo es de gran riesgo. 
  • Cerca del 53% de la población que no considera grave o riesgoso el consumo frecuente de marihuana, la ha usado en el último año. 
  • Respecto del consumo de cocaína, entre quienes consideran de gran riesgo  el consumo experimental, la prevalencia es de 2,8%. En tanto asciende al 19,5% entre quienes lo evalúan de ningún riesgo. 
  • En cuanto a las tasas de consumo de tabaco y alcohol, ambas son más altas  entre las personas con baja o ninguna percepción de riesgo sobre su uso frecuente. 
  • El 23% de la población bajo estudio sintió curiosidad alguna vez por probar  una droga.  
  • Entre los 18 y 24 años, la población con curiosidad por probar alguna droga  supera el 37%. Entre los más jóvenes (12 a 17 años), dicho porcentaje es del  16,4%.
  • El 32% de quienes respondieron positivamente acerca de la curiosidad por  probar alguna droga ilegal tuvieron algún consumo en los últimos 12 meses. 
  • Un 9,4% de la población consumiría drogas si tuviera la ocasión, aunque sea de modo experimental. Esto equivale a 1.786.301 personas y es mayor entre los varones (11,5%) y entre los jóvenes de 18 a 24 años (16,9%). 
  • Entre las personas que respondieron positivamente acerca de la propensión a  consumir alguna sustancia ilegal de tener la ocasión, cerca del 57%, consumió  alguna droga en el último año y aproximadamente el 44% de este grupo  consumió alguna sustancia en los últimos 30 días. 
  • La marihuana es la droga de mayor percepción de facilidad de acceso (48,9%), seguida por la cocaína (34,5%) y  esto se corresponde con los niveles de consumo encontrados en la población. 
  • Es menor la percepción de acceso al éxtasis, alucinógenos y drogas de  síntesis, aunque, el porcentaje de personas que consideran fácil acceder a dichas sustancias supera el 12%. 
  • El 42,8% considera fácil acceder a marihuana y el 29,8% a la cocaína, en el  lapso de 24 hs. En tanto, el 43,4% de los adolescentes de 12 a 17 años conseguiría marihuana y un 27,6% cocaína en ese mismo período. 
  • El 48,1% de la población declara tener amigos o familiares que se alcoholizan  y el 32,4% declara tener amigos o familiares que consumen drogas. 
  • Un importante volumen de población reconoce haber recibido oferta directa  de marihuana (35,5%) y cocaína (16,8%) ya sea para consumir o probar. La oferta directa de pasta base y éxtasis es menor, 4,3% y 6,3 respectivamente.






Mas información en: http://www.observatorio.gov.ar/media/k2/attachments/FactoresZdeZRiesgoZZ2017ZZ3Zenero.pdf



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jueves, 15 de febrero de 2018

JÓVENES ESCOLARIZADOS: CONSUMO DE ALCOHOL Y MARIHUANA

CONCLUSIONES - OBSERVATORIO ARGENTINO DE DROGAS - JUNIO 2017

  • Al caracterizar cómo se presentan los consumos de alcohol y marihuana en los estudiantes se observó que la mitad de los adolescentes que consumió alcohol durante el último año lo hizo de un modo riesgoso, así como también la mitad de los que consumieron marihuana en el último año lo hizo con un nivel de riesgo bajo. El 14% de los estudiantes que consumió marihuana el último año lo hizo con un nivel de riesgo alto, representando un 1,5% de la población total. Al comparar con los usos riesgosos de alcohol, éstos representan el 25% de la población de estudiantes bajo estudio. Esto indica que si bien el consumo riesgoso de marihuana está presente en la población estudiantil, el consumo riesgoso de alcohol presenta cifras destacables que requieren de acciones concretas. 



  • Se buscó indagar cuáles son los espacios de ocio y entretenimiento que los jóvenes tienen en su vida cotidiana. La actividad que concentra el mayor interés de todos los grupos analizados, los consumidores y los no consumidores, es “mirar televisión”. Por este motivo puede funcionar como un canal privilegiado de comunicación de estrategias de prevención del consumo de alcohol y marihuana, que contemplen las modalidades de consumo descritas en este informe, por ejemplo el consumo episódico excesivo de alcohol como práctica habitual de los jóvenes. En otros estudios sería importante poder analizar cuáles son los factores asociados a esta actividad, tales como falta de incentivos, ausencia de espacios de socialización valorados por los estudiantes o cuestiones vinculadas a la vida en espacios urbanos. Asimismo, los amigos tienen un papel preponderante en el uso del tiempo libre en todos los grupos analizados. Cabe señalar, que en el caso de los adolescentes que consumieron marihuana en el último año el tiempo compartido con amigos cobra mayor relevancia que las otras actividades. En este sentido, fortalecer los grupos de pares es una acción de prevención necesaria dado que son los más cercanos y con quienes más comparten su tiempo. 


  • Los lugares de consumo que se mencionaron fueron principalmente espacios públicos. En el caso del consumo de alcohol esta práctica está fuertemente asociada a espacios de nocturnidad como boliches, bares, fiestas, etc. Mientras que los lugares de consumo de marihuana están relacionados principalmente con la calle


  • Si bien del total de estudiantes un porcentaje menor declaró trabajar, este dato se duplica en el grupo de los jóvenes que consumen marihuana de un modo riesgoso. Esto podría indicar un ingreso prematuro al mundo adulto, con prácticas de consumo propias de otra edad. A su vez, este grupo manifestó practicar deportes y jugar al fútbol lo cual cuestiona ciertos estereotipos asociados a los consumidores de marihuana que reflejan jóvenes desinteresados y sin actividades. A partir de estos datos se problematizan estos supuestos y se permite pensar los consumos en los jóvenes de un modo más complejo dejando de lado patrones de análisis homogeneizados. 


  • Con respecto a la red vincular, el principal soporte emocional que los adolescentes refieren son sus amigos. Al considerar el involucramiento parental, en todos los grupos analizados los estudiantes refirieron en mayor medida que sus padres saben dónde están cuando no están en su casa. Estos datos presentan valores menores sólo en el grupo de los consumidores riesgosos de marihuana. A su vez, en todos los grupos más de la mitad de los estudiantes manifestó que sus padres conocían a sus amigos cercanos, quedando como en el caso anterior los estudiantes con consumo riesgoso de marihuana con valores más bajos. Y si bien los jóvenes manifestaron mayor confianza en sus amigos, al pensar la reacción de sus padres respecto al conocimiento de su consumo de marihuana, la gran mayoría coincide en que sus padres hablarían con ellos por sobre el castigo o la despreocupación.  


  • Al analizar las percepciones de riesgo, sólo el 10% considera riesgoso el consumo episódico de alcohol. Se observa entonces una naturalización del consumo entre los estudiantes que viene siendo registrada en otros estudios. El consumo frecuente de alcohol sí registra percepciones de riesgo mayores, lo cual evidencia que los adolescentes asocian el riesgo en el consumo de alcohol cuando éste se presenta de un modo abusivo. Pese a esto, la mitad de los consumidores anuales de alcohol lo hicieron de forma abusiva, lo cual indicaría que esta percepción no estaría funcionando como barrera al mismo.  


  • La percepción de riesgo de marihuana presenta variaciones si se considera los grupos de consumidores (riesgosos o no) y los no consumidores, como también el total de estudiantes. Así, aquellos jóvenes que tienen experiencia de consumo presentan porcentajes de percepción de riesgo de “consumo esporádico de marihuana” bajos, que van descendiendo a medida que este consumo es más  riesgoso. En el caso de los estudiantes que no consumieron, la percepción de riesgo tiene valores más altos. Es destacable que, en líneas generales, en todos los grupos de estudiantes la percepción de riesgo de consumo de marihuana no supera el 40%, mostrando una naturalización de este consumo, aunque en menor medida en comparación con el alcohol.  


  • En el caso de las razones de consumo, los datos presentan variaciones de acuerdo al grupo que se considere: los consumidores o no consumidores. En el caso del alcohol existe más consenso respecto a su uso como entretenimiento, lo cual refuerza la naturalización del consumo de esta sustancia en los jóvenes. Teniendo en cuenta el consumo de marihuana, los estudiantes que no consumieron piensan que aquellos que sí lo hacen tienen problemas personales que no pueden resolver de otro modo; por otra parte los que registran una experiencia de consumo declaran que las razones pueden estar vinculadas al placer. Estos datos demuestran ciertos estereotipos sobre las prácticas de consumo de marihuana, presentando figuras más “demonizadas” de los usuarios o sumamente suavizadas de estos.


  • Por último, al considerar la accesibilidad a las sustancias, se observó que aquellos estudiantes que consumen alcohol y/o marihuana tienen un entorno cercano que también consume esas sustancias. Cuanto más riesgoso es el consumo, más clara es la asociación. De modo inverso, los estudiantes no consumidores de alcohol y/o marihuana declararon que su entorno tampoco consumía regularmente estas sustancias. Estos datos ilustran los núcleos de pertenencia de cada uno de estos grupos. Todos los estudiantes, en mayor o menor medida, manifestaron que les sería fácil conseguir marihuana. Al menos a un tercio de los estudiantes les ofrecieron marihuana alguna vez en la vida. Los estudiantes consumidores, con niveles de riesgo bajo y alto, mostraron datos más altos evidenciando una mayor accesibilidad por estar ya iniciados en el consumo. En este sentido, hay una cierta familiarización y naturalización del consumo de marihuana en gran parte de los estudiantes.   



Mas información en:

www.observatorio.gov.ar/media/k2/attachments/AnlisisZdeZlosZcontextos.pdf   



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viernes, 2 de febrero de 2018

CONSUMO PROBLEMÁTICO DE SUSTANCIAS

El consumo problemático de sustancias es uno de los emergentes con mayor relevancia de nuestra época. Por lo extendido del fenómeno a todos los grupos de la sociedad, por su interpelación a todos los sectores e instituciones sociales, por las consecuencias devastadoras y los efectos desestructurantes que genera tanto a nivel individual como a nivel del lazo social y, sobre todo, por ser los niños y adolescentes quienes se encuentran en posición de mayor vulnerabilidad. Comprendida desde la perspectiva de la complejidad, se la concibe como una problemática integral, lo que implica considerar la diversidad de aristas y pliegues que la componen, saliendo de reduccionismos, miradas sesgadas e incompletas y monopolios disciplinares. Por ende, exige un abordaje interdisciplinario, intersectorial e intergubernamental, comprometiendo a todas las esferas sociales, de gobierno y del saber. 

Para entender esta complejidad, es necesario destacar que existen distintos niveles de consumo de acuerdo con el vínculo que establece la persona con la sustancia:

• Uso: El consumo de alguna droga es un hecho que nos incluye a todos: cuando tomamos alguna infusión como, por ejemplo, té, café , mate; cuando tomamos algún medicamento necesario para un tratamiento o cuando tomamos alguna copa de una bebida que tiene alcohol. El uso se define por ser de característica esporádica y ocasional.
 
• Abuso: Este tipo de vínculo con las sustancias se caracteriza por la intencionalidad del consumo. Se configura un hábito de consumo que está situado en tiempo y lugar y que persigue un fin o está justificado por el usuario. Ejemplos de esto son aquellos que toman algunas copas para animarse en determinados contextos sociales; o el consumo de bebidas energizantes porque “te ponen pilas”; o, el muy común entre los adultos, no poder conciliar el sueño sin tomar alguna pastilla, en general ansiolíticos. Por último, es necesario aclarar que, en muchos casos, un sujeto hace abuso de una sustancia sin tener conciencia de ello.

• Adicción: Este vínculo está relacionado con la compulsión a la ingesta de determinada sustancia, cuando se vive para el consumo, cuando existe una dependencia física y/o psíquica, y es una necesidad indispensable para vivir o, mejor dicho, para evitar el padecimiento de su ausencia. Este padecimiento tiene que ver con el síndrome de abstinencia, que es un conjunto de trastornos psíquicos y físicos que surgen en el sujeto adicto cuando se interrumpe la ingesta de determinada sustancia. En estos casos, todas las áreas vitales del sujeto están afectadas: física, psíquica, familiar, laboral-profesional.
Estos niveles de consumo que se establecen en relación con el vínculo que el sujeto establece con el consumo no son pasos que se recorran necesariamente, ya que quien usa determinada droga no va a establecer inevitablemente con ella una vinculación encuadrada en el abuso ni tampoco una adicción. Aunque es válido decir que quien padece una adicción a una droga primero fue usuario y luego hizo abuso de ella. 

Por ello cuando pensamos en la complejidad del abordaje del consumo problemático de sustancias tenemos que comenzar por poner en suspenso el significado social que se utiliza para nombrar a aquel que consume una droga ilegal: adicto o drogadictoNo todo aquel que consume una droga de esta clase es un adicto; tal cual vimos, hay diferentes formas de vincularse con las sustancia y no todas ellas tienen las características de la adicción. De la misma manera, casi como el anverso de la otra, no todo consumo de drogas legales tiene que ver con la salud, el placer y el buen vivir. Se pueden establecer relaciones con estas sustancias de características adictivas (al tabaco, al alcohol, a los psicofármacos).

En conclusión, para considerar que un consumo es nocivo para alguien, lo primero que hay que analizar es qué tipo de vínculo establece el sujeto con la sustancia. 


El problema del consumo no es un tema de la droga o sustancia en sí, es un problema de la persona que consume determinada sustancia en un momento particular de su vida y en un entorno específico.

Entonces, ponemos en relación estos tres términos: sustancia, persona y contexto. En la complejidad del consumo problemático de sustancias, debemos tener en cuenta cuatro factores que necesariamente se articulan en la configuración del problema:

Qué se consume: Nos lleva a preguntarnos acerca de la procedencia de la sustancia, su calidad, pureza y grado de nocividad, su estatuto legal.

Quién la consume: Nos remite al conocimiento del sujeto y sus circunstancias: edad, género, posición en la estructura social y, sobre todo, el sentido y el lugar que tiene el consumo en su historia singular.

Cómo se consume: Implica indagar la dosis, la frecuencia de consumo, la vía de administración, la motivación.

Cómo y cuándo se consume: Requiere pensar en los escenarios del consumo; no es lo mismo consumir solo que acompañado, es necesario diferenciar si un consumo está relacionado con cierta forma de encuentro y circulación social en los grupos de pertenencia (por ejemplo, la previa de los adolescentes o el consumo de alcohol por parte de adultos en contextos festivos) o si se da por fuera de una relación con otros (en soledad, tienen preeminencia para la persona los efectos que produce la sustancia en el organismo). También será necesario tener en cuenta si es en el ámbito público o privado. Las leyes, las normas y valores, el contexto social y económico operan claramente sobre este factor.

Ahora bien, si una persona está padeciendo física, psíquica y socialmente por el consumo de determinada sustancia, vamos a hablar de uso problemático de drogas.



El uso de una sustancia puede ser problemático para una persona cuando el mismo afecta negativamente -en forma ocasional o crónica- a una o más áreas de la persona, como por ejemplo:
  • su salud física o mental;
  • sus relaciones sociales primarias (familia, pareja, amigos);
  • sus relaciones sociales secundarias (trabajo, estudio); y 
  • sus relaciones con la ley.



Los consumos problemáticos de sustancias pueden ser de tres tipos:

• Las intoxicaciones agudas: Las personas que pueden padecer una intoxicación aguda no necesariamente son consumidoras de sustancias habitualmente. En este grupo podemos encontrar los llamados consumos episódicos excesivos, generalmente de alcohol. Un ejemplo de esto son las intoxicaciones que se dan en la población juvenil, principalmente los fines de semana y en el marco de lo que socialmente ya se reconoce como "la previa". Se producen situaciones de riesgo para la salud sin que esté presente la adicción.

• Los usos regulares crónicos: Aquí ubicamos a aquellos que consumen sustancias habitualmente. La frecuencia del consumo es suficiente como para suscitar problemas de salud psicofísica o en las relaciones con los otros.

• Las adicciones:
Son consumos problemáticos que interfieren claramente en la vida de quien los padece. La dificultad radica, más allá del deterioro físico que pueden producir, en el deterioro de todas las áreas de su vida ya que interfiere en sus relaciones sociales primarias y secundarias. Al tener casi como único interés el consumo de sustancias, al sujeto le resulta imposible llevar adelante un proyecto de vida familiar, laboral-profesional, social. 

Las adicciones son siempre consumos problemáticos, su potencial de deterioro psicofísico y social es muy importante. Requieren una intervención profesional interdisciplinaria que recupere a quien las padece en todas las áreas comprometidas. Son necesarias la atención médico-psicológica y la recuperación de espacios sociales, profesionales, productivos. 

Por su complejidad, es imposible hablar del motivo del consumo problemático de sustancias y, sobre todo, específicamente el de las adicciones. Sino mas bien podemos hablar de factores predisponentes y desencadenantes.  Vamos a ver que estos factores se ubican sobre el eje sujeto-contexto.

Entre los factores predisponentes encontramos:

• Factores macrosociales: Falta de oportunidades, desigualdad social, indiferencia institucional, valores sociales de exaltación del consumo, del éxito, por citar algunos de ellos.

• Factores microsociales: Aquí podemos ubicar dificultades en los vínculos familiares, con los otros, sus pares, violencia, maltrato, abuso, falta de pautas y límites claros, entre otros.

• Factores individuales: Posicionamiento subjetivo enmarcado en una historia familiar, en su relación temprana con los adultos significativos (padre, madre, familia, etc.), su lugar en relación con los otros familiares. Una historia que se empieza a constituir desde la infancia.

Los factores desencadenantes tienen que ver con hechos de coyuntura que pueden haber tenido fuerte impacto afectivo en la vida de la persona. La pérdida de un ser querido, cambios de vida y momentos de incertidumbre, un momento importante de angustia, etc. Son momentos específicos en la vida que tienen una gran carga emocional y que pueden provocar un gran desajuste en la economía psíquica de una persona.

Utilizar la expresión “consumo problemático de sustancias”, y particularmente adicción, en su dimensión psicosocial posibilita correr el eje del objeto droga e incluir, en el análisis y atención, la situación problema para alguien en algún momento de su vida tomando en cuenta sus circunstancias sociales. 

No es la legalidad o ilegalidad de la droga la que produce el daño y el padecimiento subjetivo, sino la vinculación que la persona tiene con ella, por ello el consumo problemático nos permite un abordaje integral que centrará su intervención no solo en la sustancia, sino también en quien la consume y en las condiciones sociales en las que esa persona se encuentra.

PARA RECORDAR:

¿Qué es el consumo problemático?  

Cualquier conducta que no podés controlar y que afecta tu salud física, síquica o tus relaciones sociales. Son consumos problemáticos: el alcohol, el tabaco, las drogas, el juego, la tecnología, las compras, la alimentación o cualquier otro consumo compulsivo, es decir, fuera de tu control. 






PREVENCION  Y CONSUMO PROBLEMÁTICO DE SUSTANCIAS:


Podemos definir a la prevención de adicciones como: “el conjunto

de esfuerzos que una comunidad pone en marcha para reducir de

forma razonable la probabilidad de que en su seno aparezcan

problemas relacionados con el consumo de drogas”.



Al tratarse de la prevención, se pone el acento en la idea del 

consumo problemático y no en la de adicción. Adicción se refiere

a una categoría psicopatológica  y el consumo no se reduce a eso.


Toda adicción es consumo problemático pero no todo consumo

es  adicción.

El problema del consumo de sustancias es multicausal, es una

cuestión social y sanitaria atravesada por intereses económicos, es

decir, importa más el comportamiento de búsqueda, que la

sustancia en sí.



PARA SEGUIR REFLEXIONANDO TE PROPONEMOS:

Uso, abuso y adicción: ¿Cuándo un consumo es problemático?





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GRAN PASO PREVENTIVO


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26 de JUNIO - LAS PERSONAS PRIMERO

En su   resolución 42/112 , el 7 de diciembre de 1987, la Asamblea General decidió celebrar el 26 de junio el Día Internacional de la Lucha ...