Lamentablemente el negocio de los "narcos" siempre se reinventa, sus estrategias de marketing para afianzar el consumo de sustancias se camuflan desde un sentido variopinto y en función de lo expresado, el narcomenudeo apunta, de un tiempo a esta parte, a nuevas formas de iniciar a nuestros niños en su contacto con sustancias psicoactivas. Y así las drogas se mimetizan como golosinas (brownies, muffins, paletas de dulce, palitos de chocolate, solo por nombrar algunas de estas nuevas formas) convirtiendo a cientos de menores de edad en potenciales compradores a largo plazo.
Como vemos la estrategia de mercado de estos grupos criminales está enfocada en desarrollar la demanda y por eso y para eso se apunta a la población infantil, ya que si nuestros niños comienzan a consumir a los 12 años por ejemplo, pueden garantizar una demanda para los próximos 20 años. Para todas las drogas (legales e ilegales) empujar el consumo entre los menores de edad ofrece mayores expectativas de rentabilidad.
Como vemos la estrategia de mercado de estos grupos criminales está enfocada en desarrollar la demanda y por eso y para eso se apunta a la población infantil, ya que si nuestros niños comienzan a consumir a los 12 años por ejemplo, pueden garantizar una demanda para los próximos 20 años. Para todas las drogas (legales e ilegales) empujar el consumo entre los menores de edad ofrece mayores expectativas de rentabilidad.
Existen dos factores de riesgo asociados al incremento del consumo de drogas en menores de edad: la disponibilidad de éstas y la evolución de los grupos narco-criminales. Hace muchísimo tiempo que dejamos de ser un país de tránsito para convertirnos en uno consumista con el agravante de que vimos como evolucionan los grupos de traficantes de la muerte, siempre más territoriales y enfocados en ampliar sus mercados internos apuntando a que la demanda de las drogas crezca, sobre todo entre quienes les pueden garantizar muchos años de consumo, y es en ese contexto donde pululan en nuestros barrios "cocinas y quioscos" como estigma del narco menudo.
Los niños llegan al contacto inicial con las drogas debido a novedosas estrategias de marketing, el narco y sus dealers ofrecen gratuitamente su producto para "engancharlos" o se la venden a precios muy bajos con el objetivo de iniciar el circulo vicioso de la esclavitud. Nuestras chicas y muchachos tienen más curiosidad, su poder de toma de decisiones racionales es menor y desafortunadamente hoy por hoy asistimos a la banalización del consumo -lo que se escucha de las drogas, relativizando sus daños, aceptando como natural "previar" con alcohol hasta perder la conciencia, que se "puede controlar" el consumo, etc.- todo esto impacta en la percepción social y le crean un imaginario a nuestros pibes de que probar drogas esta bien y que se crean el discurso de que nada tiene de malo. Que el narcotraficante se acerque a los niños con presentaciones amigables provoca el efecto de que nuestros hijos "quieran probar"; si un pibe ve a la droga camuflada en un dulce o golosina querrá consumirla y mucho más aún cuando quizás no sepan que eso los perjudica.
Tenemos por delante un desafío doble: la educación preventiva y dejar de creer que el consumo de drogas es solo un tema de seguridad.
Para reducir e impactar de manera eficaz en la oferta de drogas hay que poner en práctica intervenciones estratégicas e inteligentes; no se trata sólo de meter presos a los "narcos" sino además hacer que el narcomenudeo no sea rentable.
La educación preventiva debe ser lo más holística posible, abarcar el espectro socio-comunitario y con un eje de política publica. La escuela tiene que dejar de ser un espectador pasivo de la realidad de nuestros niños y jóvenes, transformándose en un efector necesario de estrategias preventivas integrales; los padres de familia tienen que enseñarles a sus hijos a no probar algo que no sepan lo que es; ya no se trata de no recibir cosas de "extraños" sino además tienen que aprender a decir no a sus amigos, es fundamental educarlos en la capacidad de decidir como así también educarlos para que desmitifiquen los consumos naturalizados por la sociedad tanto para sustancias legales como para las sustancias ilegales.
En definitiva, educar para que la gente no crea que consumir drogas es natural y que no pasa nada si consumo.
Y si de educar se trata...
¡HOY ES UN BUEN DIA PARA EMPEZAR!
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