La controversia las rodea desde hace mucho. Aunque se las
promociona como una forma de sentirse más joven, más activo, más liviano, cada
vez se reúnen más indicios de que las bebidas energizantes no son inocuas. Y si
se las combina con alcohol, la experiencia de los toxicólogos y nuevos estudios
indican que pueden resultar un cóctel riesgoso.
Hábito creciente entre los adolescentes y jóvenes que recurren a ellas para tratar de evitar la depresión que aparece cuando se beben grandes cantidades de alcohol. Sin embargo las bebidas energizantes no limitan los efectos del alcohol, sino que sólo los demoran, están contraindicadas en menores de 18 años (aunque no se lea en su envase) e incluso en algunos países están prohibidas.
Un estudio realizado por el Departamento de Psicología de la
Universidad de Kentucky analizó cuáles son los riesgos asociados a
mezclar alcohol con bebidas energizantes (AMED) y cómo
difieren del consumo de alcohol por sí solo.
difieren del consumo de alcohol por sí solo.
Uno
de los datos más impactantes que revela el estudio es que este
tipo de bebidas
-alcohol mezclado con energizantes- puede
conducir a una disminución de la
intoxicación percibida, a una
estimulación mejorada y a un mayor deseo de
beber, en
comparación con el alcohol solo.
Asimismo otras investigaciones en el área han informado
específicamente que el consumo de alcohol mezclado con bebidas
energizantes se asocia con una mayor cantidad
de alcohol
consumido durante un único episodio en comparación con
episodios en
los que se consume alcohol por sí solo.
El estudio revela que las personas que informan el consumo de
AMED también informan que se involucran en
una variedad de
conductas de riesgo y experimentan mayores consecuencias
relacionadas con el alcohol y tienen
más probabilidades de
estar involucrados en conductas de tránsito de alto
riesgo,
incluída
la conducción después del consumo excesivo de alcohol.
La investigación de la Universidad de Kentucky señala que
los
usuarios de AMED también son más propensos a necesitar
tratamiento médico.
¿Por qué? Porque suelen lesionarse o herirse
más en comparación con los
consumidores de alcohol solo.
Pero este no es el único riesgo para la salud que conlleva
la toma de
este tipo de bebidas. Se ha descubierto también que los
consumidores
de AMED son más propensos a usar drogas
ilícitas -como marihuana, cocaína y
éxtasis- en comparación con
las personas que toman solo alcohol. Esta conducta
puede poner
en severo riesgo su salud, ya que cada una de esas sustancias tiene
efectos específicos sobre el organismo, y en suma podrían ser muy
peligrosos.
La
ingesta excesiva de alcohol tiene, entre otros, el correlato de
la marcha
zigzagueante y la imposibilidad de sustentarse en dos
puntos, que hace
necesario apoyarse en tres. Casi se podría
hacer una correlación entre la
alcoholemia [nivel de alcohol en
la sangre] y estos signos. Con las bebidas
energizantes no se ve
esta secuencia, pero cuando se llega a los 4 gramos de
alcohol
por litro de sangre, el cerebro se desconecta y se produce el
coma
alcohólico. Pareciera que está alterada la evolución del
cuadro alcohólico,
entonces los chicos toman y toman, y no se
dan cuenta del grado de ebriedad al
que se exponen. Se debe no
solo a la cafeína, sino también a la taurina y otros
ingredientes.
Según los resultados de investigaciones realizadas por el
Centro
para la Investigación de Adicciones de la Columbia Británica en
Victoria
(Canadá), las bebidas energéticas minimizan la
autopercepción de ebriedad, por
lo que los usuarios, en plena
borrachera, continúan bebiendo y aumentan su
riesgo de sufrir
lesiones, ya sean intencionadas -como las sufridas en las
peleas y
otras conductas violentas alentadas por el alcohol- o no
intencionadas, principalmente caídas y accidentes de tránsito por
conducción
bajo los efectos de esa droga.
Los efectos estimulantes de la cafeína pueden enmascarar el
resultado que obtiene la mayoría de la población cuando bebe
alcohol. Por lo
general, cuando uno consume alcohol se siente
cansado y se va a su casa. Pero
las bebidas energéticas
enmascaran este efecto, por lo que la gente puede
subestimar
cuán intoxicada se encuentra y seguir bebiendo y participando
de comportamientos de riesgo y en prácticas peligrosas.
Si bien las campañas publicitarias de bebidas energizantes prometen a jóvenes y adultos un mejor rendimiento mental y físico, una investigación de The Journal of the American Medical Association (JAMA) indica que cuando se toman bebidas energizantes el ritmo cardíaco, la presión arterial y los problemas de ansiedad e insomnio se incrementan.
Actualmente, las bebidas energizantes ocupan una franja muy importante en las ventas de las sin alcohol y continúan siendo muy populares entre jóvenes y adolescentes. Por ello, y como ocurre con otras sustancias que acarrean riesgos cuando se las consume, las autoridades sanitarias correspondientes deberían adoptar aquellas medidas conducentes para alertar a la población sobre tales riesgos mediante campañas masivas de información, controlando que las publicidades no sean engañosas al ofrecer beneficios ficticios y prohibiendo la venta de esos productos a menores de 18 años.
Por otro lado, los jóvenes deben estar informados sobre los riesgos de mezclar bebidas energizantes y alcohólicas, como parte de un programa general para la reducción del consumo elevado de alcohol y sus consecuencias, algunas de ellas, muy graves.
TE PROPONEMOS EL SIGUIENTE VIDEO PARA SEGUIR REFLEXIONANDO:
DE MODO QUE YA SABÉS: ES PELIGROSO MEZCLAR
ALCOCHOL CON BEBIDAS ENERGIZANTES.
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