viernes, 11 de mayo de 2018

ALCOHOL Y CONDUCCION

El consumo de alcohol, y la conducción habiendo bebido, involucra tomas de decisiones personales en un contexto individual y social determinado. 

La conducción alcoholizada es un factor determinante y/o concurrente de enorme peso en la siniestralidad vial.

Educar sobre este tema requiere no sólo una comprensión integral de los efectos psicofísicos del alcohol y sus consecuencias para la conducción de vehículos sino también tener en cuenta de qué manera cada comportamiento individual afecta al sistema del tránsito, el rol de cada usuario de la vía pública en él y su interdependencia de los otros, así como las motivaciones en juego al momento de beber y conducir.










Aunque no es percibido por el que bebe, un sólo vaso de vino, cerveza, whisky, etc., disminuye su capacidad de conducción, ya que:

- Embota los sentidos.

- Altera la percepción.

- Disminuye la capacidad de atención.

- Se alargan los tiempos de reacción, por lo que las respuestas y maniobras se hacen más lentas y torpes.

- La visión se ve afectada, en especial, empeora la visión periférica (a los lados), se hace más lenta la adaptación a los cambios de luz (por ej. en caso de encandilamiento), y se perciben con dificultad los tonos rojos (tardan en reconocerse las luces rojas del semáforo, las luces de posición y las de freno).

- Genera una falsa sensación de seguridad, con errores de juicio e interpretación, que predispone a excesos de velocidad y a todo tipo de violaciones a las normas de seguridad en el tránsito.




EFECTOS PSICOFISICOS DEL ALCOHOL


El alcohol o etanol es una droga tóxica depresora del sistema nervioso, que a los pocos minutos de haberse ingerido, se absorbe en el estómago y, la mayor parte, en el intestino delgado y pasa al torrente sanguíneo.

Una vez en la sangre, el alcohol se distribuye por todos los órganos del cuerpo humano, afectando en forma especial al cerebro, y por lo tanto al comportamiento de las personas, y al hígado, encargado principal de su metabolismo.

La rapidez de la absorción depende de cuán rápido el alcohol llegue hasta el intestino delgado; por ejemplo, si hay presencia de alimentos en el estómago, la absorción se hace más lenta; también importa la cantidad de alcohol ingerida y las características de la bebida consumida.

Entre el 2 y el 10% del etanol ingerido, se elimina sin metabolizar, principalmente por la orina, por el sudor, y por el aire espirado, constituyendo, este último, la base de la utilización de los alcoholímetros, instrumentos de cuantificación de la intoxicación alcohólica.

El nivel máximo de alcohol en sangre se alcanza entre los 30 y 90 minutos desde que se ingiere la bebida. Su eliminación lleva más tiempo, dependiendo de la cantidad de alcohol que se ha ingerido, pudiendo mantenerse hasta 18 horas después de haber sido bebido.





MITOS


- Ni el café, ni otros estimulantes, anulan sus nocivos efectos, aunque así pareciera.

- Aunque uno sienta que está atento y trate de no cometer errores, se corre un gran riesgo, el cerebro está bajo los efectos del alcohol.

- No es necesario estar ebrio, para sufrir los efectos del alcohol en la conducción.

De modo que sólo el paso del tiempo elimina los efectos del alcohol.




LIMITE LEGAL


La ley Nacional de Tránsito y su reglamentación establecen un límite de tolerancia máximo de alcohol en sangre de 0,5 g por litro, y la ley nacional de lucha contra el alcoholismo Nº 24788, la modifica parcialmente al disponer límites de 0,2 g por litro de sangre para motociclistas y ciclomotoristas, y 0 g para conductores profesionales (transporte de pasajeros, carga o menores).



¿QUE SIGNIFICA ESTE LIMITE MAXIMO?


Primeramente, es un límite cuantitativo que VARÍA EN CADA PERSONA, según diversas circunstancias personales y, en especial, según el peso y el sexo.

Una misma cantidad de alcohol puede que no haga superar el límite legal en una persona y en otra sí.

Por ejemplo: un hombre que pesa 70 kg bebe 1 vaso de vino (200 cm3), al igual que una mujer de 55 kg de peso. En ambos casos el resultado en el momento de máxima intoxicación alcohólica dará diferente, dadas las diferencias de peso y sexo (que determinan diferentes cantidades de líquido corporal). En este caso el hombre está casi en el límite tolerado (0,4 g/litro), para un conductor particular, mientras que la mujer ha superado el mismo con igual cantidad de alcohol ingerido (0,6 g/litro).

Supongamos que ambos beban 2 latas de cerveza, ello determina valores de 0,55 g/litro en el hombre y 0,80 g/litro en la mujer; como vemos 2 latas de cerveza bastaron para exceder el límite legal para conducir, pero la intoxicación en la mujer, que a la vez pesa menos, es mucho mayor aún.

Estos son cálculos aproximados, ya que inciden también otros factores, tales como el cansancio, la ingestión de ciertos medicamentos, enfermedades, etc., que pueden potenciar los efectos tóxicos, por lo cual en realidad resulta muy difícil decir, con exactitud, si un vaso de bebida alcohólica, en un determinado ser humano y en un momento preciso, lo hará superar o no el límite legalmente tolerado, dejando bien en claro que el que no lo supere no garantiza que se esté en reales condiciones de conducir con seguridad, ya que aún por debajo del límite legal la capacidad psicofísica se ve afectada.






Por eso, lo único seguro, es no beber si vas a  conducir o no conducir si  has bebido.


¡HOY PUEDE SER UN GRAN DIA PARA EMPEZAR!


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