Islandia consiguió lo que parece un sueño para muchos países en el
mundo, no solo tiene una optima calidad de vida en casi todos los sentidos,
sino que además logro resolver graves problemas en sus adolescentes; entre
ellos el consumo de cigarrillos drogas y alcohol. Hace apenas 20 años estaba entre los estados europeos con mayor consumo
de sustancias psicoactivas entre los jóvenes, el cambio desde entonces fue
progresivo y continuado y lo mejor de todo es que dio resultados.
Todo esto por obra y arte del programa Juventud en Islandia que se
puso en marcha en 1998 con el objetivo de reducir el consumo de tabaco y
alcohol principalmente, la sociedad estaba preocupada por su juventud que en
ese entonces parecía desorientada. Para hacerlo era imposible emprender cualquier acción sin una
investigación previa y fue necesario no
partir de prejuicios, es muy fácil que frente al alcohol y las drogas se parta
a partir de ideas preconcebidas, a veces se asume que hay conocimiento
suficiente al respecto, pero no es así, por eso Islandia le dio prioridad a la
investigación a su difusión.
Uno de los factores importantes
es que no se hizo una simple investigación, sino que se montó un sistema
investigador a través del cual realizaron un mapeo sobre consumo de sustancias psicoactivas cada 2 años ya que
muchas veces las causas y consecuencias cambian y por eso es menester mantener
un monitoreo constante. Estos estudios permitieron recoger datos acerca del
sexo de los consumidores, pautas de consumo, la conformación de sus hogares, la
relación del consumo con el ausentismo escolar y los problemas emocionales que
aquejan a los jóvenes consumidores y a
partir de estos datos se formularon las estrategias de acción.
Los estudios desarrollados en
Islandia concluyeron que el papel de los adultos era muy relevante; los jóvenes son una cara de la moneda y en
la otra están los adultos que los educan; de modo que concluyeron que era
necesario empoderar a esos adultos, dándoles conocimientos y herramientas para
saber que hacer en diferentes circunstancias. De este modo se creo un programa para capacitar a los padres y a otros miembros de
las familias, allí se les instruyó sobre las drogas y sus efectos, pero muy
especialmente se reforzó la idea de que el problema de los consumos
problemáticos en Islandia también dependía de ellos; una parte de la
responsabilidad la tiene el adolescente, pero otra buena parte la tienen los
adultos.
Por ello afianzaron la conciencia
sobre el papel afectivo de los adultos en la vida de los adolescentes y se estableció que un elemento determinante
en la prevención del consumo era la proximidad de los adultos; su cuidado,
compañía y vigilancia, pasar el tiempo con los chicos era fundamental; no dirigirlos,
pero si acompañarlos.
Los estudios también mostraron que el manejo del tiempo libre era
determinante ya que no solamente provee un marco de control a los jóvenes,
sino que también les ayuda a incrementar su sentido de realización; por eso en
Islandia se destinaron los recursos necesarios para incrementar la oferta en
actividades deportivas, recreativas y artísticas para niños y adolescentes. También se estableció por ley que los
menores de 12 años tienen prohibido andar solos por la calle después de las 8
de la noche; por su parte los chicos de entre 13 y 16 años no pueden hacer
lo propio después de las 10 de la noche, de este modo la sociedad de Islandia
en su conjunto comenzaba a asumir una responsabilidad en relación con la
juventud.
Actualmente solo el 5 % de los jóvenes islandeses afirman haber
consumido alcohol, de igual modo sólo un 3 % afirma consumir un cigarrillo al día y sólo el 7% ha consumido marihuana en el ultimo mes.
Son cifras ideales para cualquier país, pero esos índices no se logran solos,
es necesario que, como en Islandia, el Estado, las familias y la sociedad se
comprometan con ello.
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