La pasta base de cocaína o paco, no es una droga. Es peor que eso: es el desecho químico de una droga. Surge como residuo de las cocinas o laboratorios en los que se elabora la cocaína, emerge como un resultado de una industria que busca la forma de introducir en el mercado hasta a sus desechos.
La pasta base de cocaína se obtiene de la primera inmersión de hojas de
coca en acetona y kerosene o nafta. En cuanto al paco, es lo que
se obtiene de lo que queda como residuo con los cristales de ácido sulfúrico,
ácido clorhídrico y el éter.
Entre sus altos componentes tóxicos, que se emplean en su
producción para abaratar costos, se encuentran el kerosene, el ácido sulfúrico,
el talco, las anfetaminas y las aspirinas, y hasta vidrio molido de
tubos fluorescentes, entre otros.
Se suele consumir por vía respiratoria en pipas (generalmente caseras: latas agujereadas, antenas de televisión donde se mezcla el producto con viruta de metal y ceniza de cigarrillo de tabaco o virulana metálica a modo de filtro) o sobre la marihuana en forma de cigarrillo (marciano, bazuco, nevado) y, debido a su composición química, es altamente tóxica y adictiva.
Su consumo afecta nocivamente al cerebro, hasta el punto
que lesiona el lóbulo frontal. Como consecuencia de la aspiración del kerosén
se disuelve el recubrimiento mielínico de los axones, lo que impide la
transmisión de los impulsos eléctricos en las neuronas.
Las secuelas que generan tales lesiones impactan directamente en
la conducta, con escasa capacidad de frenar los impulsos, de
controlar la motricidad y la agresión, de pensar en las consecuencias de los
actos, y de su conciencia moral.
Su consumo en etapas de desarrollo tales como la pubertad y
adolescencia, deja secuelas que limitan el ulterior desarrollo de las funciones
psíquicas tales como la memoria, la atención, la concentración, y por ende,
la capacidad de aprender y de desarrollarse tanto psíquica como emocionalmente.
Así, quien lo ingiere hipoteca sus posibilidades de progreso en el futuro
laboral como la posibilidad de constituir una familia funcional.
El efecto del ácido sulfúrico que contiene el paco produce
enfisema y cáncer pulmonar a mediano plazo. A su vez, la combustión del
kerosén genera monóxido de carbono, el cual substituye el oxígeno en los
eritrocitos del plasma, lo que genera expectoración de sangre o mucosa
sanguinolenta del tracto respiratorio. A su vez, su consumo durante el
embarazo produce mutaciones severas en el feto.
Otros de sus efectos son la degradación progresiva de la piel,
el debilitamiento de los músculos, la reducción acelerada del peso corporal
(en algunos casos produce anorexia), el desgano y el insomnio, la midriasis
(dilatación de la pupila por encima del diámetro normal de 4 mm), náuseas,
vómitos, hipertensión arterial, migraña severa y taquicardia. Frecuentemente
produce ulceraciones en los labios y la cavidad bucal y por último, su consumo
sostenido produce muerte cerebral a muy corto plazo.
Lo real es que no se sabe qué contiene cada dosis, hasta podría haber sustancias cancerígenas mezcladas en el paco; pero añada otra característica que hace del paco una droga fulminante: para generar más dosis, se usan los desechos que provocan mucho daño orgánico en poco tiempo.
Hay un consumo creciente de paco en la clase media, pero predomina en los sectores más vulnerables. Entonces, cuanto más intenso sea, está acompañado por la falta de techo: vivir en la calle deteriora a la par de la sustancia. El consumidor puede pasar varios días sin comer, deshidratado, con un descuido generalizado, con pérdida de piezas dentales. El consumo sostenido puede provocar alucinaciones, episodios psicóticos, paranoides y la necesidad de robar para pagarlo, lo que provoca otros riesgos.
Es difícil cuantificar el fenómeno porque las estadísticas se hacen con quienes acceden a los servicios de salud y urgencias, y los consumidores de paco están alejados de la posibilidad de recurrir a esos servicios. Existe seguramente un subregistro.
Los "paqueros" o "piperos" están en una situación de tal marginación que ni siquiera existe quien pueda acompañarlos a un hospital. Es imposible que un compañero de consumo lo haga, y cuanto más se extienda en el tiempo, más posibilidades hay de que se corten los lazos familiares y sociales definitivamente, de modo que no haya nadie que lo asista.
Los adictos a esta droga son corrientemente denominados como muertos vivos debido a su apariencia física. Uno de los grandes problemas del paco es que desde el consumo experimental al consumo problemático hay una distancia mucho menor que lo que pasaba con otras drogas como puede ser la cocaína. La pasta base en particular se empieza a consumir experimentalmente y a los dos meses ya tenemos un consumo problemático de alta dosis.
Efectos del paco
Las etapas por las que transita un consumidor al momento de consumir paco son tres.
1. Etapa de euforia
Euforia.
Disminución de inhibiciones.
Sensación de placer.
Éxtasis.
Intensificación del estado de ánimo.
Cambios en los niveles de atención.
Hiperexcitabilidad.
Sensación de ser muy competente y capaz.
Aceleración de los procesos de pensamiento.
Disminución del hambre, el sueño y la fatiga.
Aumento de la presión sanguínea, la temperatura corporal y el ritmo respiratorio.
Disminución de inhibiciones.
Sensación de placer.
Éxtasis.
Intensificación del estado de ánimo.
Cambios en los niveles de atención.
Hiperexcitabilidad.
Sensación de ser muy competente y capaz.
Aceleración de los procesos de pensamiento.
Disminución del hambre, el sueño y la fatiga.
Aumento de la presión sanguínea, la temperatura corporal y el ritmo respiratorio.
2.Etapa de disforia
Sensación de angustia, depresión e inseguridad.
Deseo incontenible de seguir fumando.
Tristeza.
Apatía.
Indiferencia sexual.
Deseo incontenible de seguir fumando.
Tristeza.
Apatía.
Indiferencia sexual.
3.Consumo compulsivo
Etapa en que la persona empieza a consumir ininterrumpidamente cuando aún tiene dosis en la sangre para evitar la disforia.
ETAPAS DE PSICOSIS Y ALUCINACIONES
El consumo de PBC puede provocar psicosis o pérdida del contacto con la realidad, la que puede darse después de varios días o semanas de fumar con frecuencia y durar semanas o meses. Las alucinaciones pueden ser visuales, auditivas, olfatorias o cutáneas.
La euforia que siente el usuario al ingerir una dosis dura de 1 a 5 minutos, dependiendo de la cantidad y la calidad de la droga.
Considerando lo anterior y la adicción a la misma, cuando un consumidor empieza fumando una dosis generalmente sigue hasta que se le agotan sus recursos, volviendo repetidamente a la “boca de venta” a buscar más droga, cegado por las ansias de volver a fumar.
Durante la euforia, la persona parece atontada, se queda sin habla y se le abren los ojos más de lo normal. Luego de esta euforia pasajera todo lo demás es disforia y adicción o como se dice popularmente “fisura” o estar “doblado” “quebrado”, la persona se vuelve seria y su único interés es seguir fumando cueste lo que cueste.
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