La adicción no debe comprenderse
necesariamente como un defecto de la voluntad, sino que es una entidad bio
psico social que involucra cambios en circuitos cerebrales que procesan las
recompensas el estrés y el autocontrol.
Toda sustancia psicoactiva
interfiere en circuitos neurobiológicos
que tienen a su cargo la conducta
motivada, la exploración y el aprendizaje; el consumo de una droga produce
picos de neurotransmisores como la dopamina que es un mensajero químico
relacionado con la curiosidad, la exploración y el placer.
Cuando repetís la experiencia
placentera por el consumo reiterado y le sumas la exposición a las situaciones
que la facilitaron, se van remodelando estos circuitos y producen en vos un aprendizaje o reforzamiento.
De este modo la adicción hace que
tu sistema de recompensa sea cada vez mas insensible a la dopamina y
esta dificultad para sentir placer se extiende también a otros estímulos. Por
eso el adicto tiene su sistema de
recompensas dañado y pierde la motivación por las actividades y relaciones
sociales que antes le resultaban agradables.
En una segunda etapa se produce
una readaptación del circuito amigdalino
que impacta en un incremento de la reactividad al estrés y de la presencia de
emociones negativas tornando menos
tolerables los periodos de abstinencia, por eso cuando se desvanece el
efecto de la droga el adicto necesita volver a consumir para escapar del
malestar emocional que siente.
Entonces se produce una transición
del consumo, antes consumía para buscar
el placer ahora consume para aliviar un malestar, pero ese alivio es transitorio
y genera un mayor nivel de malestar y se pone así en marcha un círculo vicioso.
En una tercera etapa la droga
afecta los circuitos frontales que
son los que te permiten tomar decisiones, detectar errores y además están
involucrados en la autorregulación, inhibición de repuestas y flexibilidad
cognitiva. Por eso el adicto no puede
resistirse a la urgencia por tomar drogas.
De este modo los cambios en el circuito de recompensa y en el
procesamiento emocional sumados a las alteraciones
frontales que afectan la autorregulación crean un desbalance que llevan al consumo
compulsivo y a la incapacidad de detenerlo voluntariamente a pesar de sus
consecuencias.
Decir que la adicción a las
drogas es una enfermedad que está asociada a disfunciones en circuitos cerebrales
no implica minimizar los factores
sociales y/o ambientales involucrados. La adicción es una entidad bio psico
social es decir una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales
y sociales que hace que algunas personas
sean mas vulnerables a sufrir una alteración en los circuitos cerebrales que
subyacen a la adicción.
Por eso investigar los factores relacionados con la vulnerabilidad a la
adicción es crucial para pensar estrategias preventivas e intervención
accesibles y efectivas. Entender la adicción como una problemática compleja
de salud contribuye a que entre todos podamos reducir el estigma, la
culpabilización y la criminalización de la persona que la padece y de ese modo
también colaborar para lograr una recuperación sin una alta tasa de recaídas.
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